La cultura no es tan barata en digital
Hace tiempo que las diferentes administraciones de las Comunidades Autónomas están realizando medidas enfocadas a la introducción de nuevas tecnologías asociadas a la educación. Es un proceso imparable de inmersión tecnológica que va sustituyendo lenta pero inexorablemente a los antiguos medios. De esta manera y con el paso del tiempo, las pizarras de tiza convencionales se han sustituido por pizarras blancas, y éstas a su vez comienzan a ser desplazadas por cañones proyectores o pizarras virtuales.
Sin embargo, de nada sirven los esfuerzos por difundir las nuevas tecnologías asociadas a la educación y la cultura si no van acompañadas de ventajas fiscales. La introducción de los lectores de libros electrónicos es una realidad, pero mientras me cueste más caro el libro en papel que el digital, ¿por que pagar más? ¡Que talen árboles! Y el caso es que lo mismo sucede en otros formatos digitales online que no se venden en soportes físicos. De esta manera, los e-books de descarga online tributarán el IVA general, o sea, más de un 10% más que en otros soportes. Según publica el País en su página web tenemos:
Hacienda, primero el 4 de diciembre y, posteriormente en una segunda circular de este mismo año, ha dejado claro que sólo los libros electrónicos que se vendan en soporte físico, principalmente CD-ROM o lápiz de memoria (pendrive o USB), podrán acogerse al tipo superreducido. Las descargas de libros en formato digital seguirán tributando al tipo general del 16%, que además se incrementará hasta el 18% con la subida prevista del IVA el próximo 1 de julio.
Desde luego, con la difusión y abaratamiento de costes que han introducido las diferentes tiendas online de contenidos digitales (¡de cultura en formato digital!) parece mentira que se entorpezca su avance con gravámenes. De momento, y hasta que recuperen la sensatez y se decidan a cambiar la normativa, tendremos cultura analógica barata y cultura digital cara…
¡Bienvenidos a la era de la información!