¡Qué grande es el basket!
El baloncesto siempre ha sido mi deporte favorito. Pasaba horas tirando a canasta, jugaba en cada patio de clase y por supuesto, no me perdía ningún partido. Incluso en mis años mozos me quedaba los viernes por la noche a ver la NBA con Trecet de comentarista. He disfrutado del genio de Andrés Montes y seguido con pasión a grandes jugadores de la historia. Y todo, ¿por qué?
Porque es una gozada ver un partido, emoción sin límites, imposibles hechos realidad y jugadas magistrales. He seguido la final de la ACB este año y he disfrutado como un enano las jugadas del Barça i de Caja Laboral. Cada partido de la serie ha estado en un pañuelo con dos titanes luchando por cada bola, y al final el Caja Laboral con una obra maestra de San Emeterio, se ha convertido en digno ganador. El basket es todo raza e intensidad, todo lo contrario de lo aburrido en que se está convirtiendo el fútbol mundialista.