Las chuletas del presente hacen tontos del futuro
La falta de control sobre los dispositivos personales que ofrecen las nuevas tecnologías permite que los alumnos empiecen a usarlos para copiar en sus exámenes desbancando a las populares chuletas en papel de toda la vida. El móvil es el gran protagonista dentro de un abanico de dispositivos que incluyen pinganillos por radiofrecuencia y los nuevos relojes inteligentes.
Algunos pensarán que estamos exagerando y que no es posible utilizar un teléfono en pleno examen, pero es que siempre han existido virtuosos capaces de dar el cambiazo de folios o de sacar una bola de papel con texto minúsculo. Ahora simplemente sacan el teléfono a escondidas aunque su uso esté explícitamente prohibido en la mayor parte de centros escolares y además, se les haya advertido de las consecuencias negativas de hacerlo.
Otros dirán que los exámenes deben ajustarse a un formato no memorístico que fuerce a los estudiantes a procesar siempre las respuestas. Sin embargo, en ocasiones aparecen conceptos necesarios que deben ser entendidos y asimilados. Y la manera más sencilla de comprobarlo es forzar al alumno a que los exponga y los razone. No se pretende que se memoricen sino que se comprendan para luego ser explicados. Además, existen contenidos necesariamente memorizados que luego serán utilizados, como por ejemplo las famosas tablas de multiplicar.
Siempre he dicho que preparar chuletas es sano y bueno, porque fuerza al alumno a realizar una labor de análisis de contenidos para escoger los más relevantes, un esfuerzo de síntesis para encajar esos contenidos en un pequeño espacio y organizar convenientemente la información. En definitiva, es un esfuerzo similar al propio estudio que se basa en procesar información, organizarla, resumirla y asimilarla. Las chuletas de antes requerían, hasta cierto punto, un esfuerzo en ingenio e incluso de conocimiento del tema. Sin embargo, en la actualidad, nos encontramos con que las nuevas tecnologías están haciendo más vagos y tontos a algunos jóvenes que, ni siquiera se molestan ya ni en escribir la chuleta a mano. Una foto y listo. Y es que muchas veces, los alumnos olvidan el verdadero objetivo de las actividades y exámenes es el de aprender…