Me encanta suspender
Últimamente he estado observando mi comportamiento ante el ordenador y he llegado a la conclusión de que me encanta suspender en vez de apagar el equipo convenientemente. La rapidez de encendido desde una suspensión me facilita conexiones rápidas y esporádicas para ver el correo. Pero, ¿es conveniente este comportamiento? Veamos los pros y contras…
En principio tenemos cuatro opciones en lo que se refiere a dejar el puesto de trabajo delante del ordenador y vamos a comentar sus diferencias:
- Dejarlo encendido: Parece demasiado obvia, pero esta opción es la que usamos cuando hacemos interrupciones breves. No nos molestamos en apagar porque volvemos de inmediato. En este modo el ordenador sigue consumiendo energía a plena potencia y los programas siguen funcionando (Skype, IM…).
- Suspender: El modo de suspensión reduce el consumo de energía del equipo al cortar la alimentación de componentes de hardware que no se utilizan. El modo de suspensión puede interrumpir la alimentación de dispositivos periféricos, el monitor e incluso el disco duro, pero mantiene la alimentación de la memoria del equipo para que no pierda su trabajo. Su función es por tanto el ahorro de energía en periodos cortos de inactividad.
- Hibernar: El modo de hibernación guarda una imagen del escritorio con todos los archivos y documentos abiertos y, después, apaga el equipo. Al encenderlo, los archivos y documentos se abren en el escritorio en el mismo estado en que se encontraban anteriormente. Su función es guardar el espacio de trabajo actual y apagar de forma normal.
- Apagar: Cerramos de forma habitual el ordenador y el consumo de energia del mismo es muy escaso (debido a que algunos ordenadores mantienen algún LED activo y los propios transformadores siguen consumiendo una pequeña parte de energía). A este respecto recomiendo un artículo que habla del consumo de energía del PC de Daniel Clemente que encontré bastante interesante.
Vemos pues que se aúnan dos conceptos entre los que debemos llegar a un compromiso según nuestras necesidades, el consumo energético del PC y preservar el espacio de trabajo actual. Mientras no nos importe mucho el gasto energético podremos mantener un encendido permanente, sin embargo, el propio deterioro de los componentes en funcionamiento aconseja su apagado en periodos de inactividad. Por mi parte voy a tratar de minimizar las suspensiones en pro de un apagado normal porque entiendo que mi comportamiento al respecto obedece más a una rutina adquirida que a una necesidad real.